Ecuador es un país expuesto a diversas amenazas de origen natural. Entre las más recurrentes se incluyen inundaciones, deslizamientos, sismos, sequías y actividad volcánica. Por ello, resulta indispensable contar con instrumentos que permitan identificar los potenciales impactos y efectos para definir estrategias y aumentar la resiliencia, reducir la vulnerabilidad o, en su defecto, la rehabilitación y recuperación temprana.