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26 mayo 2023
Convenio entre Ministerio de Salud de Ecuador y UNOPS para la adquisición de ambulancias generó un ahorro del 16%
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Comunicado de prensa
11 mayo 2023
Ministerio de Salud Pública de Ecuador firmó nuevo acuerdo con Naciones Unidas para promover proyectos de infraestructura, equipamiento y medicamentos
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Comunicado de prensa
26 abril 2023
El Programa Mundial de Alimentos inicia la entrega de comidas escolares en escuelas rurales de Ecuador
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Los Objetivos de Desarrollo Sostenible en Ecuador
El Ecuador ratificó su compromiso con los ODS y declaró la Agenda 2030 como política pública del Gobierno Nacional. La Asamblea Nacional, por su parte, adoptó una resolución en la que se compromete con la implementación de los ODS y los coloca como un referente obligatorio para su trabajo. A nivel local, varios gobiernos autónomos descentralizados han articulado su planificación para el cumplimiento de la agenda global. También el sector privado, la sociedad civil y la academia se han sumado a este compromiso nacional, bajo la premisa de caminar juntos hacia objetivos comunes para asegurar la igualdad de oportunidades y una vida digna para todas las personas.
Publicación
25 agosto 2022
Marco de Cooperación de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible Ecuador 2022-2026
Este documento determina la contribución colectiva de la ONU en su acompañamiento al compromiso del país hacia alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030, para un período de cuatro años, con un enfoque de derechos humanos, igualdad de género y sostenibilidad ambiental.
El Marco de Cooperación fue elaborado con el aporte de más de 500 personas de sectores de gobierno, empresa privada, sociedad civil y defensores de derechos humanos, academia, gremios, comunidad internacional, y titulares de derechos como grupos en situación de vulnerabilidad, incluyendo jóvenes, mujeres, indígenas y afrodescendientes, entre otros.
El documento define cuatro prioridades estratégicas de la ONU para el periodo 2022 -2026. Estas prioridades se enfocan en: la protección social y servicios sociales de calidad; la gestión ambiental y acción climática; la contribución a la igualdad socioeconómica y la transformación productiva sostenible y; la contribución al fortalecimiento del Estado de derechos, a través de instituciones sólidas y una mayor cohesión social.
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Publicación
21 diciembre 2022
Análisis Común de País (CCA) - Ecuador 2022
El Análisis Común de País (CCA por sus siglas en inglés) es parte integral del Marco de Cooperación para el desarrollo y es el instrumento que analiza los retos y oportunidades para la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en el país.
El análisis, con corte a marzo 2022, se desarrolló con el apoyo de las 22 agencias, fondos y programas que conforman la ONU en Ecuador y bajo la conducción de la Oficina de la Coordinadora Residente (OCR). El documento recopila y analiza datos oficiales y provenientes de otras fuentes, tales como reportes de las Naciones Unidas, de la academia y de la sociedad civil. Asimismo, incluye los resultados de un amplio proceso de consultas que incluyó entrevistas a expertos/as y grupos focales con diferentes sectores de la sociedad.
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Historia
12 septiembre 2022
Igualdad, también en el campo: enfoques de género para reducir brechas de desigualdad en organizaciones agrícolas de Ecuador
Durante el mes de agosto de 2022, como parte de la implementación del Programa Conjunto sobre los Enfoques de Género Transformadores para lograr la seguridad alimentaria, la nutrición y la agricultura sostenible, el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) de las Naciones Unidas fortaleció las capacidades de 33 líderes y lideresas de asociaciones rurales y de técnicos del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), del Instituto de la Economía Popular y Solidaria (IEPS) y del Municipio de Huamboya. La consolidación de este aprendizaje se realizó a través de la metodología y el proceso formativo denominado “Cerrando Brecha”.
La metodología “Cerrando Brecha” busca identificar la inequidad de género en las organizaciones rurales, a través de herramientas prácticas que orienten a la reflexión y al análisis; con el propósito de reducir los obstáculos que limitan las posibilidades para que los hombres y las mujeres cuenten con las mismas oportunidades de mejorar su calidad de vida.
A su vez, se acuerdan medidas transformadoras y de desarrollo individual de los miembros de la comunidad, en función del trabajo conjunto para potenciar el empoderamiento económico.
José Palma, de la parroquia General Vernaza en Guayas, representa a ASODULVA, una organización de productores y productoras de mermeladas artesanales elaboradas con frutas orgánicas.
José enfatizó la importante complementariedad que la estrategia ‘’Cerrando Brecha’’ genera en la visión de las asociaciones de pequeñas y pequeños agricultores para su desarrollo, y se comprometió, junto con su equipo, a replicar la metodología a fin de promover la igualdad de género. Como ellos, otras 17 organizaciones de la provincia del Guayas han sido beneficiadas de la modernización de infraestructuras y del aprendizaje sobre los ejes de funcionamiento que involucran temas de sostenibilidad, cambio climático y equidad de género; temas impulsados por el FIDA en Ecuador.
De igual manera, en Morona Santiago este proceso se llevó a cabo durante seis días de formación y fue dirigido a 16 representantes de varios gremios de emprendedores rurales del sector, además de técnicos distritales del Instituto de Economía Popular y Solidaria, de la Subsecretaría de Agricultura Campesina Familiar del MAG y de la junta de Derechos Humanos de gobiernos locales. Una de las asociaciones favorecidas con la implementación de la metodología ‘’Cerrando Brecha’’ en la provincia amazónica, fue la cooperativa de Producción Agrícola de Derivados de Caña de Azúcar de Sinaí en Macas, conformada por 70 agricultores y agricultoras. Los socios y socias comprometidos en el proceso manifestaron que esta formación, implementada en el marco del Programa Conjunto, promueve avances no sólo económicos sostenibles, sino también mejores condiciones de vida para los hombres, mujeres y jóvenes de diversas culturas que conforman la cooperativa. La habilitación de conocimientos y autoevaluación, en ambas provincias, se realizó bajo la técnica “Aprendo, Practico y Aplico’’ (APA) que garantiza el uso de los conceptos de la metodología “Cerrando Brecha” y la identificación de las acciones afirmativas vinculadas a la equidad de género y al empoderamiento de las mujeres. En base a ello, las personas capacitadas elaboran un plan de acción concreto para reducir la inequidad de oportunidades en las organizaciones. Las personas beneficiadas, formados como facilitadores y facilitadoras de la metodología, recalcaron el fundamental aporte de las especialistas del proceso formativo “Cerrando Brecha”, Ana Lucia Moreno de Costa Rica y Elsa Tejada de El Salvador, quienes presentaron los beneficios de cambio a través del Programa Conjunto para reducir las desigualdades de género en las zonas más vulnerables del país. Al finalizar ambas jornadas, en Guayas y Morona Santiago, las y los participantes de los talleres se comprometieron en aplicar los conocimientos dentro de sus organizaciones e instituciones firmando una carta simbólica.
El Programa Conjunto sobre Enfoques de Género Transformadores para lograr la seguridad alimentaria, la nutrición y la agricultura sostenible (JP GTA, por sus siglas en inglés) es implementado por las agencias de las Naciones Unidas con sede en Roma - FAO, FIDA y WFP - con la colaboración y apoyo financiero de la Unión Europea, con una inversión de alrededor de 1 millón de dólares en favor de las mujeres y los hombres rurales de Ecuador.
José enfatizó la importante complementariedad que la estrategia ‘’Cerrando Brecha’’ genera en la visión de las asociaciones de pequeñas y pequeños agricultores para su desarrollo, y se comprometió, junto con su equipo, a replicar la metodología a fin de promover la igualdad de género. Como ellos, otras 17 organizaciones de la provincia del Guayas han sido beneficiadas de la modernización de infraestructuras y del aprendizaje sobre los ejes de funcionamiento que involucran temas de sostenibilidad, cambio climático y equidad de género; temas impulsados por el FIDA en Ecuador.
De igual manera, en Morona Santiago este proceso se llevó a cabo durante seis días de formación y fue dirigido a 16 representantes de varios gremios de emprendedores rurales del sector, además de técnicos distritales del Instituto de Economía Popular y Solidaria, de la Subsecretaría de Agricultura Campesina Familiar del MAG y de la junta de Derechos Humanos de gobiernos locales. Una de las asociaciones favorecidas con la implementación de la metodología ‘’Cerrando Brecha’’ en la provincia amazónica, fue la cooperativa de Producción Agrícola de Derivados de Caña de Azúcar de Sinaí en Macas, conformada por 70 agricultores y agricultoras. Los socios y socias comprometidos en el proceso manifestaron que esta formación, implementada en el marco del Programa Conjunto, promueve avances no sólo económicos sostenibles, sino también mejores condiciones de vida para los hombres, mujeres y jóvenes de diversas culturas que conforman la cooperativa. La habilitación de conocimientos y autoevaluación, en ambas provincias, se realizó bajo la técnica “Aprendo, Practico y Aplico’’ (APA) que garantiza el uso de los conceptos de la metodología “Cerrando Brecha” y la identificación de las acciones afirmativas vinculadas a la equidad de género y al empoderamiento de las mujeres. En base a ello, las personas capacitadas elaboran un plan de acción concreto para reducir la inequidad de oportunidades en las organizaciones. Las personas beneficiadas, formados como facilitadores y facilitadoras de la metodología, recalcaron el fundamental aporte de las especialistas del proceso formativo “Cerrando Brecha”, Ana Lucia Moreno de Costa Rica y Elsa Tejada de El Salvador, quienes presentaron los beneficios de cambio a través del Programa Conjunto para reducir las desigualdades de género en las zonas más vulnerables del país. Al finalizar ambas jornadas, en Guayas y Morona Santiago, las y los participantes de los talleres se comprometieron en aplicar los conocimientos dentro de sus organizaciones e instituciones firmando una carta simbólica.
El Programa Conjunto sobre Enfoques de Género Transformadores para lograr la seguridad alimentaria, la nutrición y la agricultura sostenible (JP GTA, por sus siglas en inglés) es implementado por las agencias de las Naciones Unidas con sede en Roma - FAO, FIDA y WFP - con la colaboración y apoyo financiero de la Unión Europea, con una inversión de alrededor de 1 millón de dólares en favor de las mujeres y los hombres rurales de Ecuador.
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Historia
23 diciembre 2022
Juntos llegamos más lejos: la ONU en Ecuador, trabajando contra la desnutrición crónica infantil.
Entre los fríos páramos andinos de Cayambe, en una pequeña comunidad llamada Pisambilla, vive John Andrango. John tiene la piel trigueña y cabello oscuro como la noche. Como cualquier otro niño, John corre y juega con sus hermanos. Lo que no se puede identificar a simple vista es que tiene desnutrición crónica infantil (DCI), como miles de niños y niñas en Ecuador.
Según los datos oficiales, un 23,1% de niños y niñas menores de cinco años del territorio ecuatoriano tienen desnutrición crónica infantil o retraso en su crecimiento. La cifra es aún más alta — 28,7%— en las comunidades rurales como en las que vive John y su familia.
Con estas cifras, Ecuador se ubica como el segundo país en América Latina y el Caribe con mayor prevalencia de desnutrición crónica en niños y niñas, después de Guatemala.
A pesar de que la desnutrición crónica infantil no cobra vidas, como afirma Fernanda Sandoval, nutricionista del Programa Mundial de Alimentos (WFP por sus siglas en inglés ), repercute negativamente en las condiciones de vida de las personas. La DCI puede causar problemas de aprendizaje en la edad escolar, así como también sobrepeso, obesidad y enfermedades no transmisibles, como diabetes o hipertensión en la adultez. Además, los niños y niñas que han tenido desnutrición crónica tienen menos probabilidades de tener acceso a educación superior, y a un trabajo digno, e incluso las mujeres pueden tener complicaciones en sus embarazos.
El problema no es reciente. Como explica Sandoval, la desnutrición crónica infantil es una problemática que ya en 1986 registraba una elevada tasa - del 40%-, según el Diagnóstico de la Situación Alimentaria, Nutricional y de Salud (DANS). Hasta 2012, esta se redujo a 25% y desde entonces la disminución ha sido mínima. Tanto es así que, en 2018, la prevalencia sólo se redujo en dos puntos porcentuales, a pesar de las intervenciones realizadas en el país.
Por estas razones, la desnutrición crónica infantil es uno de los mayores problemas de salud pública y requiere una atención inmediata.
Fue así como el Grupo de Nutrición del Sistema de Naciones Unidas, conformado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), el Programa Mundial de Alimentos (WFP), la Organización Mundial de la Salud/Organización Panamericana de la Salud (OMS/OPS), la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), con la facilitación de la Oficina de la Coordinación Residente, identificó la necesidad de promover un abordaje integral de la desnutrición crónica infantil, y dar continuidad y fortalecimiento a las políticas públicas encaminadas a su reducción, en el marco de las elecciones presidenciales de 2021. Para ello, entre otras acciones de abogacía, se logró la firma de un compromiso que fue suscrito por los candidatos, incluyendo al actual presidente del Ecuador.
Dicho acuerdo se materializó en lo público: en julio de 2021, el presidente Lasso creó la Secretaría Técnica Ecuador Crece Sin Desnutrición Infantil, desde donde ya se han empezado a coordinar acciones concretas para cumplir con un objetivo: reducir la DCI en 6 puntos porcentuales —a 17,1%—hasta el 2025.
Katherine Silva y Cecilia Barragán, especialistas del programa de Salud y Nutrición de UNICEF, comentan que el primer paso fue plantear que la desnutrición crónica infantil no es solo un problema de alimentación o de hambre, sino que tiene múltiples causas como la imposibilidad de acceder a servicios de salud de forma oportuna, la ausencia de lactancia materna exclusiva en los primeros seis meses y lactancia continua hasta los dos años, la introducción inadecuada de alimentación complementaria, el consumo de agua contaminada y la falta de prácticas de higiene personal y en la preparación de alimentos.
Adrián Díaz, asesor de promoción de la Salud de la OPS/OMS, dice que la agencia participó activamente en la elaboración de documentos técnicos sobre la DCI y sobrepeso y obesidad que fueron fundamentales para la estrategia de incidencia política. Según Díaz, para elaborar la estrategia se usó como referencia la experiencia de Perú y su éxito en reducir la desnutrición crónica infantil a través de un paquete priorizado de servicios, y de un enfoque integral.
El Grupo de Nutrición de Naciones Unidas se alineó en enfocar los esfuerzos a los mil primeros días de vida de las niñas y niños, por ser la clave para la prevención de la desnutrición crónica infantil. Según destaca Fernanda Sandoval, del WFP, este trabajo conjunto ha permitido que las acciones no se limiten a la entrega de alimentos o bonos, sino que se ha planteado una solución integral a través de acciones enfocadas en las mujeres embarazadas y los niños y niñas menores de dos años, acompañado de actividades de comunicación para el cambio social y de comportamiento.
Ahora, cuando el tema ya está en la palestra, el Sistema de las Naciones Unidas continúa trabajando. WFP, UNICEF y PNUD implementan el proyecto “Financiando los ODS” con énfasis en la desnutrición crónica infantil. UNICEF también está apoyando una estrategia nacional educomunicacional y la campaña #InfanciaConFuturo, liderada por la Secretaría Técnica Ecuador Crece sin Desnutrición Infantil, con el fin de impulsar cambios de comportamiento a nivel familiar, comunitario e institucional. Máximo, el personaje animado de UNICEF - que marcó la infancia de los ecuatorianos que hoy son padres y madres-, es parte de esta iniciativa. Mientras que FAO, por su parte, implementará un proyecto en el que apoyará a la elaboración de guías alimentarias basadas en alimentos para los 1.000 primeros días.
El Programa Mundial de Alimentos (WFP) apoya al Consejo Consultivo para la Prevención y Reducción de la Desnutrición Infantil, el cual se constituye con actores de varios sectores (academia, sector productivo, sociedad civil, organismos multilaterales, varias ONG) y se encargará de hacer recomendaciones al Ejecutivo sobre políticas para erradicar la DCI.
Finalmente, la OPS/OMS está brindando cooperación técnica directa a varias instancias estatales, para implementar la política pública para luchar contra la DCI. Y también está trabajando con organizaciones de pueblos y nacionalidades indígenas para crear conciencia sobre la importancia de reducir la desnutrición crónica infantil.
Aunque ahora cada agencia trabaja en sus áreas, algo que todas reconocen sobre el Grupo de Nutrición es que el éxito de esta experiencia es la importancia del trabajo en equipo y el diseño de estrategias conjuntas que permitan a cada agencia, a partir de su expertisse, promover soluciones a este gran reto que enfrenta el país.
“Al habernos unido, logramos que la desnutrición crónica sea una prioridad para el Ecuador, con un abordaje integral desde la política pública”, comenta Katherine Silva, de UNICEF. Gabriela Rosero, especialista en Seguridad Alimentaria y Nutricional de FAO, también resaltó que “una vez más se ha demostrado que cuando nos unimos conseguimos mejores resultados”.
El trabajo conjunto de las agencias del Sistema de Naciones Unidas, con el decidido apoyo de la Coordinación Residente y junto a otros actores del gobierno, de la sociedad civil, del sector privado y de la cooperación internacional, han permitido posicionar a la DCI como uno de los más importantes problemas de salud pública. Siguiendo esta ruta, es posible vislumbrar un futuro donde más niños y niñas como John en Ecuador, puedan crecer sin desnutrición crónica y desarrollar todo su potencial.
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Historia
16 marzo 2023
El cuaderno de la Coordinadora Residente: Manabí
La belleza de la Provincia de Manabí es conocida en todo el Ecuador. Las impresionantes playas, las sorprendentes costas rocosas y las asombrosas puestas de sol hacen de esta, la cuarta provincia más grande del país, un popular destino de vacaciones. E incluso aquellos a los que no les gusta tomar el sol, es probable que se dejen conquistar por la cocina local. La cocina tradicional Manabita ha sido reconocida como Patrimonio Inmaterial del Ecuador y está considerada como la mejor del país. La comida se elabora con técnicas de cocina tradicionales como el fogón de leña y mezcla pescados y mariscos con una gran variedad de productos de la tierra.
“Manabí es una provincia muy fértil debido al clima estable y la topografía de sus suelos aptos para el cultivo” me dice mi colega local de la FAO. “Nuestra producción agrícola es una de las más diversas del país. Cultivamos café, cacao, banano, maíz, arroz y frutas como maracuyá y pitahaya, principalmente para exportación”.
Escucho a mi colega hablar en un bus que va de Manta ciudad portuaria y centro económico de la provincia- a Portoviejo, la capital administrativa. Es temprano en la mañana y se unen mis colegas representantes de las agencias de la ONU, a esta aventura que forma parte de nuestro retiro anual del Equipo de País de las Naciones Unidas. Tenemos por delante una agenda de visitas a proyectos de la ONU. A pesar del cansancio por tomar el vuelo temprano en la mañana desde Quito, escuchamos atentamente la sesión informativa, mientras el paisaje cambia de la zona costera a las verdes colinas del interior.
Nuestra colega nos describe cómo la tierra y el mar, generosos, son la piedra angular de la economía de Manabí y han colocado a la provincia en el mapa culinario mundial. La provincia ha sido premiada por su producción de chocolate y café, y no puedo dejar de mencionar su delicioso queso Manaba, elaborado artesanalmente desde hace dos siglos. Pero quizás lo más importante es el maní, que le ha dado a la provincia su apodo: la Tierra de los Iches. Alrededor del 70% de la variedad de platos manabitas tiene como ingrediente principal el maní: ceviche, viche, corviche, guariche y guanchinche (Iche" es un sufijo de la lengua ancestral de Manabí que significa maní o comida).
A pesar de la abundancia de la tierra y el mar, Manabí enfrenta una serie de desafíos de desarrollo. Del 40% de la población que se dedica a la agricultura, un 86% no está afiliado al sistema nacional de protección social. Según estadísticas nacionales, solo el 36% de los 1,5 millones de habitantes de Manabí tiene acceso a los servicios básicos, frente al 50% a nivel nacional. Se enfrentan a la falta de conectividad, sistemas adecuados de alcantarillado y agua potable, agravada por la alta vulnerabilidad a los desastres naturales. Inundaciones, olas, deslizamientos de tierra azotan regularmente la provincia, y el terremoto de magnitud 7,8 que sacudió la costa de Ecuador en 2016 tuvo su epicentro en Manabí, acabando con la vida de casi 700 personas y arrasando casas, colegios e infraestructura.
Además, no todos los manabitas pueden acceder a una alimentación saludable. La desnutrición crónica infantil afecta a uno de cada cinco niños menores de 5 años y las cifras de obesidad aumentan constantemente. Incluso en esta tierra fértil, existen áreas urbanas consideradas como 'desiertos alimentarios', donde el acceso a productos frescos es limitado o inasequible, dado el aumento de los precios de los alimentos provocado por la pandemia y el impacto del conflicto en Ucrania.
La primera parada que hacemos en nuestro recorrido, en el Huerto de Raúl, en un área periurbana a cuatro kilómetros de Portoviejo, pretende abordar esta problemática. Con financiamiento del Fondo Conjunto ODS, en el marco del proyecto 'Prevención y mitigación de una posible crisis alimentaria en Ecuador' FAO, PMA y OIT apoyan el desarrollo de medidas de respuesta a la crisis de aumento de precios de alimentos e insumos agrícolas. Las agencias de la ONU han realizado encuestas de impacto sobre los medios de vida y la seguridad alimentaria como parte del fortalecimiento del sistema de monitoreo y alerta temprana del Ministerio de Agricultura y ayudaron a construir un plan de resiliencia utilizando un enfoque intersectorial y multinivel. Trabajando con los Gobiernos Autónomos Descentralizados, también han fortalecido la planificación y las capacidades institucionales para establecer circuitos de comercialización innovadores para estrechar vínculos urbano-rurales.
El "Huerto de Raúl" ahora forma parte de una red de huertas cuyos productos se venden en el mercado central de Portoviejo, una de las tres ciudades de Ecuador a las que se dirige el proyecto. Aprovechando que las personas, principalmente madres de familia, visitan el mercado unas dos veces por semana, el proyecto también tiene un componente nutricional. Los consumidores pueden aprender a preparar platos saludables, diversos y sostenibles, utilizando alimentos tradicionales como el camote. Y en ferias de Agricultura Familiar Campesina que se organizan periódicamente, los 450 productores participantes pueden compartir con los visitantes las prácticas de su producción orgánica.
En una visita guiada por el jardín, el agricultor Giovanni nos cuenta cómo practican exclusivamente policultivos orgánicos, 100% libres de agroquímicos para proteger el medio ambiente y cuidar la salud de los consumidores. Si bien es mucho más laborioso y difícil de practicar, ya que requiere experiencia tradicional específica sobre la interacción de las diferentes variedades de plantas, Giovanni dice que puede producir mejores productos a un costo menor. Cuando se le pregunta sobre el impacto que ha tenido el apoyo de la ONU, destaca que el acceso a los mercados de la ciudad ha eliminado al intermediario, haciéndolo más fácil y lucrativo para él hacer negocios.
En Manabí, hay un dicho que dice que un visitante nunca puede irse con las manos vacías y los campesinos locales son conocidos por compartir generosamente los frutos de sus cosechas.
Por lo tanto, no es de extrañar que nuestra visita concluya con una degustación de hayaca (un pastel de maíz, queso y pollo cocido al vapor en hojas de plátano). Estas delicias locales han sido preparadas por cocineros reconocidos por el Comité de la Ciudad Creativa Gastronómica como Guardianes del Sabor, un esfuerzo bajo la agenda de “Alimentación sostenible y saludable en Portoviejo” elaborada en el marco del proyecto de la FAO Alimentando la Ciudad.
Al abordar el bus para continuar con nuestra agenda, nos queda claro el orgullo que siente el pueblo por su provincia. De hecho, alguien me dice que la palabra “manabita” (o habitante de la provincia de Manabí) es el único gentilicio en todo el Ecuador que identifica la procedencia geográfica de una provincia y no de una ciudad. El apego a las raíces, costumbres y cultura es importante en esta parte del Ecuador. Y nuestra próxima parada, el pueblo de Pile, es un excelente ejemplo de esto. Este pueblito, parte de Montecristi, es el lugar donde se producen los sombreros de paja toquilla más finos del mundo. Erróneamente llamados sombreros de Panamá, el tejido de paja toquilla tiene más de 5.000 años de historia en el Ecuador y ese conocimiento ha sido declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.
El proyecto que visitamos ‘Tejiendo desarrollo sostenible’ es un proyecto de la UNESCO financiado por el Gobierno francés que tiene como objetivo salvaguardar el tejido tradicional del sombrero de paja toquilla mediante el fortalecimiento de las capacidades de gestión de la comunidad local de tejedores. En una reunión en la Casa Comunal de Pile con las autoridades locales, colegas de la UNESCO explican que el proyecto ha apoyado la elaboración de un plan comunitario de salvaguardia para la artesanía, asegurando su alineación con la Convención de UNESCO de 2003 para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial.
La comunidad de Pile ahora trabaja activamente en toda la cadena de valor del sombrero de paja toquilla para garantizar un manejo sostenible de la toquilla, utilizando las recomendaciones desarrolladas por la FAO para los toquillales de Pile. El proyecto ha impulsado la comercialización y reactivación económica local gracias a la adquisición de una prensa de sombreros y al asesoramiento en diseño e innovación. Y también se ha hecho un esfuerzo por promover acciones inclusivas y transformadoras de género mediante el fortalecimiento de capacidades socioemocionales y productivas a través de cursos certificados, talleres e intercambios de experiencias interprovinciales e internacionales.
Después de caminar unos minutos por el camino de ripio que conforma la arteria central de Pile, conversamos con dos tejedores, Mariceli y Carlos, y nos dan una demostración de primera mano del proceso. Encorvada sobre un bloque de madera, Mariceli explica que los sombreros están hechos con una fibra de muy alta calidad de una palma que crece solo alrededor de Pile. Los agricultores recolectan los tallos antes de comenzar la delicada tarea de separar la fibra de la corteza exterior, desgarrándola en hebras cada vez más finas antes de hervir, secar y blanquear la fibra. El tejido en sí es un trabajo duro que solo se puede hacer muy temprano en la mañana o tarde en la noche, porque los hilos finos solo se pueden trabajar en clima fresco. Producir un solo sombrero puede tomar desde 2 semanas hasta 1 año, y la cantidad de nudos por pulgada determina su calidad y el precio. Mariceli me cuenta que aprendió el oficio de sus abuelos y que alrededor del 80% de la comunidad de 1.200 personas de Pile son tejedores. “Es una forma de vida para nuestra comunidad. Es nuestro sustento y nuestra tradición, debemos preservarlo”.
Escucho una expresión similar de respeto por las tradiciones y por la sustentabilidad expresada más tarde en el día, en un entorno muy diferente a unos 46 kilómetros de Pile. Hemos regresado a la costa y estamos sentados en la sala de conferencias de ATUNEC -la Asociación de Atuneros del Ecuador- ubicada en el bullicioso puerto de Manta. Aquí los representantes de la asociación comparten con nosotros cómo se han beneficiado de la Iniciativa de Pesquerías Costeras del PNUD, un proyecto implementado con recursos de la Instalación Global Ambiental (GEF) que tiene como objetivo promover la gestión basada en ecosistemas y una mejor gobernanza de las pesquerías costeras en el Pacífico Sudeste.
La pesca es una actividad económica importante. Ecuador es el segundo mayor exportador de atún del mundo y también exporta corvina, sardina, lubina, camarón y tilapia, gran parte con salida desde el puerto de Manta. Unas 58.000 personas están empleadas directamente en esta industria, pero la actividad está amenazada por la pesca ilegal y la sobrepesca. En el marco del proyecto, el PNUD trabaja con socios del sector privado, la sociedad civil, los gobiernos nacionales y locales para que siete pesquerías puedan operar bajo una gobernanza basada en derechos y con procesos de transferencia de conocimientos aprobados por la Subsecretaría de Recursos Pesqueros. La agencia ha apoyado en la elaboración de nuevos planes de acción nacionales y provinciales que abordan cuestiones clave como la trazabilidad y el suministro de carnada con respecto al ecosistema y unas 751 000 ha de la superficie marina de Ecuador se benefician de procesos de planificación espacial Marino-Costera.
Me conmueven las palabras de Ricardo - un cañero que practica la pesca del atún con caña y línea, práctica ancestral en la que los atunes se capturan individualmente, y no mediante el uso de redes de pesca. Ricardo, quien se describe como 'miembro de una familia atunera desde la infancia’, nos dice: “Tenemos que cuidar el océano, porque es el océano que nos seguirá alimentando a nosotros y a nuestros hijos. Somos solo una parte en una cadena de valor”. La pesca con caña y línea se considera una práctica más sostenible y responsable, ya que reduce la captura incidental de tiburones, tortugas y otros animales marinos más grandes. Los cañeros de Manta incluso han recibido la Certificación internacional de Comercio Justo, que garantiza al consumidor que un producto cumple con estándares sociales, económicos y ambientales. Gracias al proyecto del PNUD, Ricardo y sus compañeros pueden continuar practicando esta antigua habilidad, asegurando su sustento mientras viven en armonía con la naturaleza.
A partir de nuestras visitas, me siento alentada y orgullosa de cómo la ONU está desempeñando un papel activo en Manabí, trabajando en estrecha colaboración con las autoridades locales para salvaguardar el conocimiento y las tradiciones ancestrales de la provincia. La sabiduría de los tejedores del Sombrero de paja toquilla; las habilidades únicas de la pesca con caña y línea y de la agricultura agroecológica, y la herencia gastronómica ancestral de generaciones de bisabuelas, abuelas y madres manabitas. Pero también estoy impresionada por el papel que está desempeñando la ONU en la creación de conexiones, reuniendo al conjunto más diverso de actores para abordar un desafío particular de desarrollo, protección o humanitario. La ONU, debido a su independencia, posición, capacidades y mandato, tiene la capacidad como quizás ningún otro actor para ser un conector y un convocante, para trabajar a través de sistemas y articular soluciones integrales.
El Espacio de Apoyo Integral, respaldado por UNICEF y varias otras agencias de la ONU (ACNUR, OIM, UNHABITAT, PMA y UNESCO) y ubicado en la Municipalidad de Manta, es un buen ejemplo. Inaugurado en agosto de 2021, el espacio brinda asistencia y protección a niños de comunidades locales y en movilidad humana, promoviendo así la inclusión y la cohesión social. Porque los manabitas no solo son una población propensa a la migración, sino que también saben recibir a los visitantes con hospitalidad y generosidad. Actualmente, Manabí tiene la tercera concentración más grande de personas migrantes y refugiadas en Ecuador, después de Pichincha y Guayas. Por el espacio pasan cada mes unos 1.800 visitantes, aproximadamente la mitad de ellos en movilidad humana, según lo relata un colega de UNICEF, quien además es parte de los Voluntarios ONU que trabajan en Manabí. Lo que hace que este Espacio de Apoyo Integral sea único es que es un espacio polivalente, donde las autoridades nacionales y locales, las agencias de la ONU, la sociedad civil y los actores nacionales de protección pueden ofrecer una mezcla de servicios especializados para los niños.
Incluyendo un parque infantil y una biblioteca, en este espacio los padres, madres y cuidadores pueden obtener ayuda para acceder a servicios de salud, educación, seguridad alimentaria y para la protección de sus hijos. Ya sea que tengan preguntas sobre la lactancia materna, necesiten acceso a atención médica básica y vacunación, o estén buscando consejos prácticos sobre cómo inscribir a su hijo en la escuela o solicitar el proceso de regularización de migrantes y refugiados, esta es una ventanilla única para las personas. También es un lugar para que los niños jueguen, reciban estimulación apropiada para su edad y asistencia psicosocial, eliminando el estrés de su estado a menudo vulnerable. Para promover la sostenibilidad, UNICEF y sus aliados también están fortaleciendo las capacidades de las autoridades locales para atender las necesidades de los visitantes. La experiencia ha sido muy exitosa, al punto que próximamente se inaugurará otro Espacio de Apoyo Integral en la vecina provincia de Esmeraldas, el tercero de este tipo en Ecuador (el primero inaugurado en Tulcán en 2020).
Al concluir un largo día de visitas y regresar a nuestro hotel para comenzar el segmento más tradicional de nuestro retiro, estoy convencida de que los y las representantes del Equipo de País de las Naciones Unidas en Ecuador se sienten inspirados y comprometidos. Inspirados en la belleza, el ingenio y la cultura de Manabí y su gente. Comprometidos a continuar su trabajo coordinado entre agencias, en estrecha colaboración con las autoridades locales y haciendo conexiones entre todos nuestros socios. Todo para promover un futuro mejor para la gente y la naturaleza de Manabí, de acuerdo, por supuesto, con las antiguas tradiciones de la Tierra de los Iches.
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Historia
22 noviembre 2022
El cuaderno de la Coordinadora Residente: Huaquillas y Tumbes
Cuando estás parado en el Puente Internacional Ecuador-Perú, que conecta las dos ciudades de Huaquillas y Aguas Verdes, no te sientes como si estuvieras en un cruce fronterizo internacional. Con unos 100 metros de largo y atravesando un río seco, el puente es un mercado concurrido, donde docenas de comerciantes venden alimentos, mercancías importadas y productos electrónicos. Desde la firma de la Declaración de Paz entre Ecuador y Perú en 1995, y los posteriores acuerdos de libre mercado, el comercio transfronterizo ha florecido y ahora representa la principal actividad de sustento de la zona. Los compradores pueden aprovechar las variaciones de moneda entre el sol peruano y el dólar estadounidense (la moneda de Ecuador) para encontrar los mejores precios para sus productos. O, en una transacción menos visible, comprar bienes subsidiados como combustible para moverlo de contrabando a través de la frontera.
En medio de este ajetreo económico al aire libre, los caminantes son particularmente fáciles de identificar. Migrantes y refugiados, en su mayoría de origen venezolano, no están aquí para comerciar o hacer trueques: van en busca de protección internacional y de nuevas oportunidades, después de haber dejado atrás las dificultades de su país de origen. Familias con niños, grupos de hombres o incluso adolescentes no acompañados, llevan grandes mochilas o empujan cochecitos sobrecargados. Todos mostrando el mismo aspecto desgastado de fatiga después de días, si no semanas, de caminar. En esta mañana de principios de noviembre, la ausencia de oficiales de inmigración en el puente les permite cruzar la frontera sin ser molestados, escapando de los peligros de los pasos ilegales y del acoso de los “coyotes”, quienes se aprovechan de su situación vulnerable para ganar dinero.
Estoy aquí en una visita de dos días con mis colegas de los Equipos de País de la ONU en Quito y Lima. Una primera misión binacional para analizar la situación humanitaria y de desarrollo en la frontera y explorar el potencial de una mayor cooperación transfronteriza. El sitio ha sido cuidadosamente seleccionado. La frontera Huaquillas-Aguas Verdes es el principal punto de cruce hacia Perú. Se estima que el 80% de los 1,49 millones de venezolanos en Perú han llegado por aquí. En el pico de la crisis migratoria venezolana, entre 2018 y 2019, unas 1800 personas cruzaban la frontera todos los días, desbordando por completo la capacidad local. “Nunca estuvimos preparados para recibir a tanta gente”, dice Segismundo Cruces, gobernador electo de Tumbes, mientras nos reunimos en la sede departamental, a unos 26 km de la frontera. “El apoyo que recibimos de las agencias de la ONU y otras organizaciones internacionales ha sido fundamental”, destaca.
Durante mi misión, el trabajo coordinado de la cooperación internacional es impresionante. En ambos lados de la frontera, las agencias de la ONU y las ONG aliadas han aunado recursos para atender las necesidades de la población en movilidad humana. En los Puntos de Asistencia y Orientación, así como en los Puntos de Apoyo Integral, los servicios se agrupan en un mismo lugar, facilitando así su acceso y asegurando la complementariedad. Aquí las personas en movilidad pueden obtener orientación sobre cómo acceder a la asistencia humanitaria, los servicios y la protección.
En colaboración con los Ministerios de Salud y Cruz Roja, existen puestos de salud con enfermeras, médicos y psicólogos para ofrecerles la posibilidad de hacerse un chequeo médico o tratamiento de dolencias que suelen afectar a las personas en tránsito, como deshidratación, diarrea, infecciones y dolores musculares. También pueden acceder a vacunas y atención preventiva básica. Hay duchas y lavanderías disponibles para su uso, para asegurar su higiene personal y recuperar algo de la dignidad que el camino les ha podido quitar.
Los casos especialmente vulnerables pueden acceder a albergues o alojamientos temporales para unas noches de merecido descanso. Y respondiendo a su necesidad más urgente, la de los alimentos, el Programa Mundial de Alimentos (WFP) proporciona tarjetas de efectivo para comprar víveres en los supermercados locales, kits de alimentos para llevar en el camino e incluso acceso a comedores públicos, que sirven diariamente comidas calientes y nutritivas tanto para personas en movilidad como para miembros vulnerables de la comunidad de acogida.
Mientras visito estas instalaciones polivalentes, recibo información de mis colegas del ACNUR, la Agencia de la ONU para los refugiados, y la OIM, la Organización Internacional para las Migraciones, quienes coordinan el trabajo en el marco del Grupo de Trabajo sobre Refugiados y Migrantes (GTRM). Explican que, aunque los números han bajado, la naturaleza de la migración es aún más compleja. Unas 1,000 personas cruzan la frontera cada día, pero ahora el movimiento va en todas direcciones. La gente se mueve de norte a sur, de sur a norte, de ida y vuelta entre los dos países y en movimientos circulares en la región. Como consecuencia de la falta de soluciones duraderas y de las políticas migratorias cambiantes, se encuentran en un estado de movimiento perpetuo, atravesando múltiples fronteras en busca de oportunidades. Mis colegas notan que los venezolanos con los que se encuentran hoy son en general menos pudientes y con niveles de educación más bajos, obstáculos adicionales para su integración socioeconómica.
Marjenny, una joven que encuentro en Huaquillas, confirma esta tendencia. Dejó su Caracas natal hace tres años rumbo a Perú, donde su esposo trabajaba temporalmente en la construcción. Ahora están en movimiento nuevamente, esta vez hacia el norte. Con dos niños pequeños, de 2 y 4 años de edad, y un tercer bebé en camino, Marjenny se frota el vientre, a mitad del embarazo, y me dice: “Esperamos encontrar trabajos regulares en Santo Domingo, en Ecuador. Pero nos quedaremos en Huaquillas unos días. Los niños necesitan descansar y jugar, es difícil en el camino”.
Una cuarta parte de los migrantes y refugiados que cruzan la frontera son niños. En lo que se conoce como los Espacios Amigables, hablo con Marina, la facilitadora del espacio. ¨Los niños que vienen aquí no están nada bien, muestran mucha inestabilidad emocional. Están tristes, muchas veces ansiosos y llevan mucho tiempo fuera del sistema educativo”. Utilizando una metodología global de UNICEF, en los Espacios Amigables se ofrece a los pequeños un entorno seguro para jugar, interactuar con otros niños y relajarse del viaje. De una forma lúdica y adecuada a su edad, aprenden sobre hábitos saludables, sobre cómo hacer frente a sus emociones y sobre la protección de sus derechos. ¨Aquí podemos darles a los niños salud, esperanza y alegría, en medio de tanto desorden ¨, explica Marina.
Y se nota que se agradecen los espacios. En uno de los que visito, en el lado ecuatoriano de la frontera, 10 niños están sentados alrededor de una mesa baja ocupados en colorear flores. Tomo un momento para conversar con Daniel, un niño de 10 años de Venezuela. Está coloreando los pétalos de azul, su color favorito, mientras me cuenta sobre él, sus padres y sus tres hermanos mayores que están juntos en el camino. Le gusta estar aquí en el centro, dice. Le gusta estar aquí “en Perú”, dice. Su joven cerebro aún no se ha puesto al día con el movimiento del cuerpo.
Una tendencia preocupante de este año, sobre la que me informa el equipo local de la ONU, es el aumento de niños y adolescentes no acompañados. Un colega de UNICEF en Perú me informa que en promedio 50 de estos casos son identificados cada mes. En su mayoría en el grupo de edad de 15 a 18 años, a menudo viajan en grupos de 6 a 8, como medio de protección. No obstante, siguen siendo muy vulnerables, en particular las niñas y adolescentes y no es raro encontrar adolescentes embarazadas o con niños pequeños en la frontera. Los equipos coordinan con sus pares en Ecuador para seguir estos casos, pero la volatilidad de la zona y la irregularidad del movimiento lo dificultan.
Como es el caso en las áreas fronterizas de todo el mundo, veo múltiples locales nocturnos asentados a lo largo de la carretera. A pesar de la disponibilidad de actores humanitarios, se informa que la comercialización del sexo para sobrevivir está en aumento y es una estrategia utilizada por mujeres, hombres y personas transgénero por igual. Los refugiados y migrantes corren un riesgo particular de explotación y abuso, tanto de naturaleza sexual como laboral -en la minería ilegal y otras actividades ilícitas. Mi colega de UNODC, la agencia de la ONU contra la droga y el delito, en Perú, me cuenta que solo en Tumbes entre 2021 y 2022 se atendieron 524 casos de trata, siendo el 94% de las víctimas, extranjeras. Se espera que estas cifras aumenten, ya que ha habido un incremento preocupante del crimen durante el último año, particularmente en Ecuador. Unas 8 bandas criminales ahora operan a lo largo de la frontera, haciendo que el área sea más traicionera que nunca.
A través de su iniciativa Track4Tip, UNODC ha estado trabajando con las autoridades locales de ambos países para elaborar protocolos y mecanismos para fortalecer la cooperación transfronteriza para combatir el tráfico. Esto incluye el despliegue inmediato de Equipos de Respuesta Binacional para rescatar a las víctimas, garantizar su acceso a la justicia y el enjuiciamiento de los delitos, un ejemplo prometedor de colaboración binacional efectiva. Y hay interés por hacer más. “Hasta ahora hemos tenido reuniones con autoridades peruanas y cooperación limitada, pero sería excelente tener proyectos binacionales concretos para atender la situación migratoria”, me dice Alberto Astudillo, Alcalde de Huaquillas.
Otras prácticas alentadoras que encuentro durante mi visita, son las iniciativas locales para combatir la xenofobia y fortalecer el tejido social. En el Barrio Marta Bucaram, en el centro de Huaquillas, me encuentro con un grupo de líderes barriales que, con el apoyo del municipio y ACNUR/OIM, están ofreciendo actividades culturales y deportivas a todos los jóvenes del barrio. Con altas tasas de deserción escolar y desempleo en la comunidad, estas actividades son importantes para evitar la tentación del consumo de drogas o el reclutamiento en bandas criminales, pero también para promover la convivencia pacífica. “Nuestros queridos compatriotas de Venezuela son parte de nuestra ciudad y queremos llevarnos como hermanos”, me dice Simón Sarango, uno de los líderes. Además de jugar al fútbol, el deporte favorito en Ecuador, les están enseñando béisbol e incluso el “Kikimbol”, un deporte común en Venezuela.
De manera similar, en Tumbes visito un proyecto apoyado por el PNUD llamado Innova tu Mercado. Centrado en el Mercado 8 de Septiembre, el objetivo es estimular la recuperación económica apoyando a los comerciantes a expandir su actividad mediante el uso de la innovación y la digitalización. Pero también pretende promover el mercado como espacio de encuentro entre culturas, donde se forjen relaciones económicas y humanas y se logre la integración y la cohesión social. “Este mercado está en línea con nuestros valores como tumbesinos y como ciudadanos” nos dice Klever, miembro de la Junta Directiva del Mercado. "Todas y todos son bienvenidos. Abrazamos la diversidad cultural de nuestra región fronteriza”.
Sin embargo, la integración social y cultural no es suficiente. En mis conversaciones a lo largo de la misión, se destaca constantemente la importancia del empleo y los medios de subsistencia como el principal desafío para la población venezolana en movilidad humana. El eslabón necesario para completar el continuo humanitario/desarrollo o el famoso “nexus”, como tendemos a llamarlo en la jerga de la ONU. Esto es particularmente cierto en Ecuador, donde gracias a un amplio proceso de regularización lanzado por el Gobierno en septiembre de 2022, unos 520.000 venezolanos ahora podrán solicitar un estatus legal, abriendo así la puerta a la posibilidad de un empleo adecuado y una verdadera integración socioeconómica en su nuevo país. Pero la pregunta sigue siendo cuáles son esas oportunidades económicas.
“Tenemos las habilidades y la voluntad, pero la mayoría de los trabajos son informales”, dice Gabriel, líder de una de las organizaciones de migrantes y refugiados con las que me reúno. Un desafío también para la población local: solo tres de cada diez ecuatorianos tienen un empleo formal. Los venezolanos a menudo no pueden obtener el reconocimiento de sus títulos y certificados educativos, lo que los deja sin otra opción que buscar trabajo no calificado. Gabriel sabe de lo que habla. Maestro en su país de origen, no logró encontrar empleo en el sistema educativo y ahora trabaja apoyando a su comunidad. “Venezuela se transformó en un mundo de sobrevivencia, hicimos lo que pudimos para darle pan a nuestros hijos, pero ahora tenemos que integrarnos como es debido aquí. Queremos trabajar juntos para ofrecer capacitación en habilidades y establecer mecanismos para que nuestros hermanos y hermanas ingresen al mercado laboral, úsennos”, insta.
Un esfuerzo para abordar estos desafíos es el Proyecto Integra financiado por la Unión Europea e implementado por el PNUD en Ecuador. El objetivo es capacitar a cerca de 500 personas en temas de emprendimiento y luego ofrecer fondos semilla, de unos $500, para permitirles iniciar pequeñas empresas. Los participantes se seleccionan para garantizar la igualdad de género, entre ecuatorianos y personas refugiadas o migrantes, asegurando así que la movilidad humana se perciba como una oportunidad y no como un problema. Actualmente incluye a 9 municipios, pero existe potencial para expandirse, en caso de que se destinen más fondos.
En el cierre, con los equipos de la ONU de Ecuador y Perú, antes de regresar a Quito, discutimos cómo podemos trabajar más en la integración: promoviendo soluciones duraderas para integrar a refugiados y migrantes e impulsar las economías locales; integrando a los residentes en los barrios para combatir la xenofobia y el aumento del crimen; fortaleciendo el trabajo articulado de las agencias de la ONU, entre los equipos de país y con autoridades locales, a través de las fronteras, para abordar de manera efectiva los muchos desafíos humanitarios, de protección y desarrollo que hemos presenciado. Integración por el bien de Maryenny, Daniel, Josue y Gabriel, y los millones de caminantes que atraviesan las fronteras de la región.
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Historia
02 septiembre 2022
El cuaderno de la Coordinadora Residente: Guayaquil
La Unidad Educativa Fiscal "Los Vergeles" está ubicada en un área urbana de la parte norte de Guayaquil, Ecuador. El nombre poético de la escuela contrasta fuertemente con los edificios escolares grises de dos pisos, colocados como un cuadrado alrededor de un patio pavimentado. La escasa vegetación se compensa con coloridos murales que muestran la diversidad cultural del estudiantado y el orgullo guayaquileño- la “Perla del Pacífico”. En esta madrugada de mayo, la energía es palpable y positiva, ya que el lugar se llena de niños, niñas y adolescentes, desde preescolar hasta secundaria, todos deseosos de aprender.
Cuando entro al patio de la escuela, me sorprende que esta sea mi primera visita a una escuela en Ecuador, lo que parece extraño dado que ya estoy en mi segundo año como Coordinadora Residente de la ONU en el país. No se dio la oportunidad de visitar una escuela antes debido a la pandemia, que tuvo un alto costo humano, económico y social para el país. Según la evaluación de necesidades post-desastre, facilitada por la ONU, entre marzo y diciembre 2020, 532 000 personas perdieron sus empleos, la mayoría mujeres y jóvenes; los niveles de pobreza aumentaron a 5,7 millones; y, solo 3 de cada 10 hogares podían pagar el costo de una canasta básica de alimentos.
El sector de la educación y el aprendizaje de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes se vio gravemente afectado por la pandemia. Para frenar la propagación del virus, el 16 de marzo de 2020 se suspendieron las clases presenciales a nivel nacional. Según datos nacionales, el cierre de escuelas afectó a 4,3 millones de estudiantes de educación regular, a más de 210.000 docentes y al menos a la mitad de los hogares ecuatorianos. Y Ecuador no fue el único en la región afectado en este sentido. Se estima que los países de América Latina y el Caribe tuvieron los cierres escolares más largos del mundo, un promedio de más de un año académico (40 semanas) sin clases presenciales o con largos períodos de interrupción.
Se adoptó el aprendizaje a distancia y en línea como la estrategia educativa más utilizada. Sin embargo, debido a la brecha digital y a las limitaciones en los recursos familiares y escolares, la educación a distancia resultó ser un desafío y acentuó las desigualdades existentes. Esto se sintió con fuerza en la Unidad Educativa Los Vergeles donde 2 470 estudiantes están matriculados en el colegio, número que se ha incrementado desde 2018, entre otros, debido a la crisis de refugiados y migrantes venezolanos. En la actualidad, se estima que el 10 % del alumnado son personas en movilidad humana.
“El cierre de las escuelas fue duro para los niños”, me dice Pilar Guillén, directora del distrito educativo local. “Muchos niños provienen de las familias más pobres y desfavorecidas, simplemente no tenían los medios tecnológicos o la conexión a Internet necesarios para el aprendizaje en línea. Era inevitable que aprendieran menos y se arriesgaran a quedarse atrás”. Las consecuencias del cierre también fueron más allá del ámbito educativo. Estudios de UNICEF muestran efectos negativos en la salud física y mental de los niños, quienes reportaron sentirse tristes, desmotivados y agresivos. La falta de acceso a la alimentación escolar también afectó duramente a los hogares más vulnerables, cuyos niños dependen de estos alimentos gratuitos para mantener una dieta saludable.
Mientras recorremos las instalaciones del colegio, junto con funcionarios del Ministerio de Educación, me cuentan las dificultades que enfrentaron también los docentes, quienes tuvieron que ser creativos y adaptarse para que la educación pudiera llegar a la mayor cantidad de niños posible. “Conducíamos por los barrios en minibuses para entregar materiales escolares a los estudiantes que no estaban en línea. A veces teníamos que llamar sus nombres a través de altavoces en la calle solo para encontrarlos y permitirles conectarse con sus maestros”, recuerda Pilar, sacudiendo la cabeza al recordar ese año desafiante.
Pero hoy, mientras luce el sol y ondean al viento las tres banderas, la bandera del Ecuador, la bandera de la Provincia del Guayas y la del propio escudo escolar, se respira un renovado optimismo. Estoy aquí hoy para visitar y conocer los proyectos implementados por agencias de la ONU con fondos de Education Cannot Wait, un fondo global centrado en la educación en emergencias y crisis prolongadas.
En Ecuador, el programa “La Educación es el Camino” liderado por UNESCO con apoyo de ACNUR y UNICEF, tiene como objetivo mejorar el acceso a una educación inclusiva, equitativa y de calidad para más de 100,000 niños, niñas y adolescentes venezolanos refugiados, migrantes y de las comunidades de acogida. La educación de calidad para todos es un derecho garantizado en la Constitución ecuatoriana, pero en realidad, muchos niños, niñas y adolescentes aún no pueden ingresar al sistema educativo y es particularmente difícil para los niños refugiados y migrantes, y las niñas y adolescentes presentan un reto adicional de ingreso al sistema. La OIM y ACNUR estiman que el 30 % de los niños refugiados y migrantes en Ecuador no asisten a la escuela. Los Vergeles fue identificada como una de las 10 escuelas de interés, según datos del Ministerio de Educación. En un acto oficial realizado en el patio del colegio, Yesenia Limón, Subsecretaria de Educación, explica los beneficios del programa.
“Con el apoyo de las agencias de la ONU y sus socios, hemos podido fortalecer los sistemas educativos nacionales y comenzar a derribar barreras prácticas con un enfoque particular en las niñas y las personas con discapacidad”. Se ha ayudado a niños, niñas y adolescentes a ingresar al sistema escolar y se han otorgado subsidios para uniformes, útiles escolares, kits educativos, tabletas y paquetes de conectividad.
El programa también apoya la integración y promueve un entorno saludable y pacífico en las escuelas. Se ha capacitado a docentes y funcionarios educativos en temas relacionados con la inclusión educativa y la prevención de la discriminación, la xenofobia y el racismo. UNESCO lideró el desarrollo de una caja de herramientas que ofrece estrategias para educar en la resolución no violenta de conflictos y atención psicosocial. Uno de los principales objetivos es formar a los docentes en prevención y en cómo abordar las diferentes problemáticas que se presentan en el sistema educativo y, a su vez, promover una educación para la paz a través del fortalecimiento de los vínculos interpersonales y la convivencia. Esto es particularmente importante en un país donde la violencia en las instituciones educativas sigue siendo un desafío y la polarización social amenaza la cohesión de las comunidades.
En un divertido juego de “el paracaídas y la pelota” unos alumnos de secundaria me muestran cómo en el colegio se están fomentando los juegos de cooperación, no de competición. El objetivo es mantener juntos la pelota en el aire el mayor tiempo posible y evitar que caiga en el hueco en el centro del paracaídas. Me río mucho con los niños y, a pesar de mis habilidades limitadas con el balón, logramos seguir durante bastante tiempo.
Después de terminar el juego, procedo con el grupo a inspeccionar los nuevos baños, construidos en el otro extremo del campus. “La mejora de los baños y lavabos es una parte importante del programa “La Educación es el Camino”, me dice mi colega de UNICEF, “alrededor del 42 % de las escuelas públicas en Ecuador no tienen instalaciones de agua y saneamiento”. Esto representa un serio desafío para garantizar el regreso seguro de los niños después de la pandemia. UNICEF junto con el socio implementador local Plan International, gracias al financiamiento de ECW y con fondos adicionales del sector privado, se ha rehabilitado la infraestructura de agua y saneamiento y la ha mejorado para garantizar la accesibilidad de las personas con discapacidad. También se ha proporcionado señalización y material educativo sobre bioseguridad, higiene preventiva y personal.
Las actividades han sido apreciadas. Alicia, una estudiante de 10° grado de 14 años, me muestra el kit menstrual que se entrega a todas las niñas de grado 8 en adelante. El kit, que contiene toallas sanitarias, toallitas limpiadoras, jabón y ropa interior de repuesto, ayuda a combatir las actitudes negativas contra la menstruación. La falta de comprensión de la salud menstrual y un limitado acceso a productos pueden afectar la salud mental y física de una estudiante, así como su asistencia a la escuela. También puede facilitar la conversación sobre salud sexual y reproductiva, que a veces es un desafío en un entorno escolar y familiar conservador. “Este kit es muy importante para nosotras, es difícil pagar estos productos y la regla puede causar mucho estrés a las niñas”, comenta Alicia.
Todos estos esfuerzos para fortalecer la educación integral de la sexualidad, se complementan con procesos de formación virtual. “Reconoce”, es un curso virtual desarrollado para docentes que enfatiza la importancia de reconocer las distintas oportunidades curriculares que existen para trabajar en educación integral de la sexualidad a lo largo de la trayectoria educativa. UNESCO junto con UNFPA Ecuador, y con el apoyo de la FLACSO Argentina y de la Universidad Nacional de Educación del Ecuador (UNAE) participaron en su elaboración.
Termino mi visita a Los Vergeles hablando con Alicia, Pilar y Yesenia sobre la importancia que las Naciones Unidas le dan a la educación, particularmente este año con la Cumbre sobre la Transformación de la Educación promovida por el secretario general de la ONU. Convocada en septiembre, en paralelo a la Asamblea General de las Naciones Unidas, la Cumbre colocará la educación en lo más alto de la agenda política y será una oportunidad única para que los líderes mundiales, la comunidad educativa en general y los jóvenes presenten una nueva visión de la educación alineada con las necesidades y oportunidades del siglo XXI. Explico cómo la transformación de los sistemas educativos, en términos de equidad, calidad y pertinencia, es una de las claves para desbloquear los avances más amplios que nuestro mundo necesita para asegurar un futuro mejor para todos, a través de la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Para Alicia, para toda la comunidad de estudiantes de Los Vergeles (Los Vergelinos) y para los 252000 niños de Ecuador que quedan fuera del sistema educativo esta es una promesa apasionante. En los trabajos preparatorios de la Cumbre, más de 700 000 personas en Ecuador participaron en consultas digitales, entre estudiantes, docentes, padres de familia, autoridades nacionales, sociedad civil y sector privado. Siento que existe un fuerte compromiso de toda la comunidad para trabajar juntos por la educación y las Naciones Unidas están comprometidas a ser socios en este esfuerzo. Espero ver el cambio y visitar muchas más escuelas en Ecuador. Al final del día, la educación no puede esperar.
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Historia
01 septiembre 2022
"Arroz-pato": dinamizando la economía local, la producción y el consumo agroecológico en Ecuador.
Más de 600 sacos de arroz natural, envejecido y agroecológico, valorados en más de 25 mil dólares, se vendieron el fin de semana en el "II Encuentro comercial mayorista de arroz y emprendimientos Loja 2022”, realizado en las instalaciones del Complejo Ferial.
Gracias al trabajo conjunto del Programa Mundial de Alimentos (WFP por sus siglas en inglés), el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), a través de la Subsecretaría de Comercialización, la Corporación de Ferias de Loja y la Prefectura de Loja, además de las ventas directas a la ciudadanía, se logró acercamientos de seis asociaciones de pequeños productores de Zapotillo y Macará con comercializadores de la provincia de Loja y Cuenca, que tienen una tendencia de compra de 400 quintales semanales.
Por medio de estos espacios que buscan disminuir la intermediación, promover la producción y el consumo de productos ecológicos, sanos, sostenibles y rentables; se promocionan iniciativas como “Arroz – Pato” que se caracteriza por la optimización de costos de producción y la reducción de uso de sustancias químicas como abonos sintéticos, plaguicidas y herbicidas.
Arroz Pato, es un proyecto liderado por WFP que inició en 2019, junto al MAG, el Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias (INIAP) y los Gobiernos Autónomos Descentralizados (GADs), involucra a animales en el proceso productivo para que se coman malezas e insectos y abonen la tierra, lo que permite el aprovechamiento de los recursos hídricos, biológicos y climáticos.
Involucrar a pequeños y medianos productores y productoras en ferias locales promueve el desarrollo de las comunidades y fomenta alternativas agroecológicas que buscan hacer frente a problemáticas actuales como el cambio climático, que impactan en la seguridad alimentaria y ponen en riesgo la salud de las personas más vulnerables; razón por la que se desarrollarán más ferias en diferentes puntos del país en las que se espera contar con el apoyo de la ciudadanía en general.
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Historia
25 agosto 2022
El nuevo Marco de Cooperación: una propuesta renovada para apoyar al Desarrollo Sostenible en Ecuador
Este marco determina la contribución colectiva de la ONU en su acompañamiento al compromiso del país hacia alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030, para un período de cuatro años, con un enfoque de derechos humanos e igualdad de género y sostenibilidad ambiental. Representa la totalidad del trabajo realizado por las 21 agencias, fondos y programas de la ONU activos en Ecuador.
El marco de cooperación fue elaborado con el aporte de más de 500 personas de sectores de gobierno, empresa privada, sociedad civil y defensores de derechos humanos, academia, gremios, comunidad internacional, y titulares de derechos como grupos en situación de vulnerabilidad, incluyendo jóvenes, mujeres, indígenas y afrodescendientes, entre otros.
El documento define cuatro prioridades estratégicas de la ONU para el periodo 2022 -2026. Estas prioridades se enfocan en: la protección social y servicios sociales de calidad; la gestión ambiental y acción climática; la contribución a la igualdad socioeconómica y la transformación productiva sostenible y; la contribución al fortalecimiento del Estado de derechos, a través de instituciones sólidas y una mayor cohesión social.
Este es el compromiso tangible de las Naciones Unidas en Ecuador: mirar hacia adelante y trabajar con una visión de largo plazo, construida con las voces de todos y todas.
Para ello, se propone una respuesta renovada, colectiva y transformadora para apoyar al Gobierno nacional y a los diferentes sectores que aportan en la búsqueda de soluciones a los grandes desafíos de desarrollo, y para sentar las bases de un país más inclusivo, próspero y sostenible.
Para mirar el evento de lanzamiento, sucedido en Quito, Ecuador, el 15 de agosto de 2022, haga click aquí.
Puede descargar el documento Marco de Cooperación para el Desarrollo Sostenible, siguiendo este enlace.
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Comunicado de prensa
26 mayo 2023
Convenio entre Ministerio de Salud de Ecuador y UNOPS para la adquisición de ambulancias generó un ahorro del 16%
El Ministerio de Salud Pública (MSP) a través del convenio con la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS) que permitió la adquisición de 158 ambulancias de soporte vital avanzado, generó un ahorro del 16% del presupuesto total inicial estimado, lo que se traduce en un total de 4.1 millones de dólares, conservando los altos estándares de calidad.
Con este monto el MSP planifica la compra de 25 ambulancias adicionales a las 158 previstas para fortalecer el servicio de atención pre hospitalaria a escala nacional.
El 17 de octubre de 2022 el MSP suscribió el convenio específico con UNOPS para la adquisición y asistencia técnica en el reemplazo de ambulancias a fin de fortalecer la red de atención primaria en salud, con un monto de inversión de 26,4 millones de dólares. El total de ambulancias serán distribuidas en las nueve coordinaciones zonales del país, de acuerdo al cronograma planificado.
En 2023, se prevé la entrega de 90% de las ambulancias de soporte vital avanzado, distribuidas en su totalidad en: 120 ambulancias con tracción 4x2; 21 vehículos 4×4 y 17 4×4 tipo 2 con habitáculo reducido mismas qué permitirán el ingreso a zonas de difícil acceso. Todas las ambulancias estarán completamente equipadas para atender a los pacientes.
Las ambulancias a adquirirse, productos del ahorro, serán entregadas en el primer trimestre del año 2024.
Paralelamente, a través de un Memorando de Entendimiento (o Acuerdo Colaborativo), se ha permitido fortalecer la cooperación entre el MSP y UNOPS, para la asistencia técnica en los temas de adquisición de ambulancias fluviales, así como la implementación de proyectos integrales de infraestructura y equipamiento médico, adquisiciones públicas de bienes estratégicos y servicios. También, el fortalecimiento de la cadena de suministro de medicamentos y la revisión del cuadro básico de medicamentos y material de curación.
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Comunicado de prensa
11 mayo 2023
Ministerio de Salud Pública de Ecuador firmó nuevo acuerdo con Naciones Unidas para promover proyectos de infraestructura, equipamiento y medicamentos
La brecha de infraestructura de salud en América Latina y el Caribe profundiza la desigualdad en el acceso a servicios sanitarios para la población. En este marco, y con el objetivo de fortalecer la gestión del Ministerio de Salud Pública del Ecuador (MSP) en materia de infraestructura, equipamiento médico, tecnología y acceso a medicamentos, se firmó un nuevo acuerdo de cooperación con la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS) el día 10 de mayo de 2023, en la ciudad de Quito.
El nuevo Acuerdo firmado entre el MSP y UNOPS tiene como finalidad impulsar iniciativas para la construcción de sociedades más inclusivas y con el mayor valor sostenible a partir de la Gestión Pública Justa y Equitativa, desde la aplicación de soluciones estratégicas en proyectos del sector salud, contribuyendo al logro de Agenda 2030, para no dejar a nadie atrás.
El alcance de este memorando de entendimiento suscrito, espera contribuir con asesoramiento técnico especializado en infraestructura, adquisiciones públicas, gestión de proyectos, fortalecimiento de la cadena de suministro de medicamentos y el aseguramiento de la calidad y asuntos regulatorios en esta materia.
José Ruales, titular del MSP, señaló que gracias a los buenos resultados alcanzados con la UNOPS en materia de adquisición de ambulancias se decidió firmar este nuevo convenio ampliando las áreas de cooperación hacia aspectos prioritarios para reducir la brecha de infraestructura hospitalaria, equipamiento médico y la asesoría en la cadena de suministros de medicamentos esenciales.
“Como Ministerio, necesitamos mejorar nuestra capacidad de gestión. Desde el punto de vista del MSP estamos comprometidos en mejorar la eficiencia en las compras de insumos, medicinas y mejorar los servicios de salud con transparencia, optimizar el uso eficiente de los recursos y la contratación pública" complementó el ministro Ruales.
Por su parte, Mónica Siles, Directora de la Oficina Multipaís de UNOPS en la región andina, resaltó que para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), los sistemas de salud necesitan infraestructuras de calidad, cadenas de suministro fiables y personal especializado fortalecido. El Gobierno Nacional, a través del Ministerio de Salud Pública, se compromete a brindar una atención de salud de calidad, inclusiva y equitativa para el pleno desarrollo de la población. La oficina multipaís de UNOPS en el área andina contempla los países de Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia. En particular, durante las últimas tres décadas, UNOPS ha colaborado con el Perú —tanto a nivel de gobierno central como gobiernos regionales y locales— en diversos procesos de compras de bienes; licitaciones para la construcción, adecuación y supervisión de la infraestructura; así como la ejecución de proyectos de asistencia técnica. En Ecuador, UNOPS brinda asistencia en la modernización de la gestión pública y apoya el manejo eficiente del presupuesto público, de acuerdo con las estrategias de desarrollo y el Marco de Cooperación para el Desarrollo Sostenible para el periodo 2022 - 2026.
Por su parte, Mónica Siles, Directora de la Oficina Multipaís de UNOPS en la región andina, resaltó que para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), los sistemas de salud necesitan infraestructuras de calidad, cadenas de suministro fiables y personal especializado fortalecido. El Gobierno Nacional, a través del Ministerio de Salud Pública, se compromete a brindar una atención de salud de calidad, inclusiva y equitativa para el pleno desarrollo de la población. La oficina multipaís de UNOPS en el área andina contempla los países de Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia. En particular, durante las últimas tres décadas, UNOPS ha colaborado con el Perú —tanto a nivel de gobierno central como gobiernos regionales y locales— en diversos procesos de compras de bienes; licitaciones para la construcción, adecuación y supervisión de la infraestructura; así como la ejecución de proyectos de asistencia técnica. En Ecuador, UNOPS brinda asistencia en la modernización de la gestión pública y apoya el manejo eficiente del presupuesto público, de acuerdo con las estrategias de desarrollo y el Marco de Cooperación para el Desarrollo Sostenible para el periodo 2022 - 2026.
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Comunicado de prensa
27 abril 2023
El Programa Mundial de Alimentos inicia la entrega de comidas escolares en escuelas rurales de Ecuador
Según estadísticas de la Encuesta nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT, 2018), el 35,4 % de niños y niñas de 5 a 11 años presentan problemas de sobrepeso y obesidad, una tendencia creciente que afecta y afectará su aprendizaje, productividad y salud. Además, el 23% de niños menores de 5 años sufren desnutrición crónica infantil, con mayor prevalencia en población indígena y rural (ENSANUT, 2018). “A través de platos variados y nutritivos que incluyen productos como arroz, quinua, papa, lentejas, zanahoria, tomate y espinaca estamos rescatando los saberes culinarios ancestrales y tradicionales, al mismo tiempo que aseguramos que los niños reciban los nutrientes necesarios para crecer sanos y desarrollar su máximo potencial para construir el Ecuador del futuro”, dijo Matteo Perrone, Representante del WFP en Ecuador, quien además resaltó que este proyecto es una propuesta alentadora que responde a las problemáticas alimentarias actuales del país, en donde 2,4 millones de personas sufren inseguridad alimentaria. Además de mejorar la alimentación de los estudiantes, este modelo holístico de intervención ayudará a dinamizar la economía local brindando un mercado permanente que asegura que los pequeños productores de la zona puedan contar con un ingreso que beneficie a mejorar su organización, planificación y producción. El compromiso y voluntad del Gobierno Autónomo Descentralizado de Montufar fue un factor clave para llevar adelante este proyecto. En la provincia de Carchi, donde se ubica este cantón, el índice de pobreza es 35.10% (ENEMDU, 2022) lo cual afecta principalmente a las comunidades rurales.
El Programa Mundial de Alimentos en Ecuador cumple un rol muy importante en la articulación de esfuerzos que permiten consolidar acciones hacia el hambre cero. Este modelo de intervención, en particular, trabaja de la mano de Gobiernos Autónomos Descentralizados para cumplir con el objetivo final de mejorar la alimentación de miles de niños y niñas en escuelas rurales, llegando a donde nadie más llega.
En Ecuador, proyecto de comidas escolares estuvo vigente hasta el 2019, mejorando la nutrición de más de 27.000 niños y niñas en más de 300 escuelas. La expectativa es ampliar esta intervención a nivel nacional en las provincias con mayores niveles de pobreza y desnutrición crónica infantil, para lo cual se espera contar con el apoyo económico de socios del sector privado y otros donantes. A nivel global, el Programa Mundial de Alimentos tiene más de seis décadas de experiencia con los gobiernos de más de 100 países en el establecimiento de sus programas nacionales de comidas escolares.
Según estudios del WFP al nivel global, por cada US$ 1 invertido en las comidas escolares se logra un retorno de inversión de US$ 9.
En Ecuador, proyecto de comidas escolares estuvo vigente hasta el 2019, mejorando la nutrición de más de 27.000 niños y niñas en más de 300 escuelas. La expectativa es ampliar esta intervención a nivel nacional en las provincias con mayores niveles de pobreza y desnutrición crónica infantil, para lo cual se espera contar con el apoyo económico de socios del sector privado y otros donantes. A nivel global, el Programa Mundial de Alimentos tiene más de seis décadas de experiencia con los gobiernos de más de 100 países en el establecimiento de sus programas nacionales de comidas escolares.
Según estudios del WFP al nivel global, por cada US$ 1 invertido en las comidas escolares se logra un retorno de inversión de US$ 9.
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Comunicado de prensa
11 abril 2023
Mujeres rurales transforman los sistemas agroalimentarios de Ecuador
Huertos comunitarios: alimentación segura para hogares y comunidades enteras
De acuerdo con los datos de la Estrategia Nacional Agropecuaria para Mujeres Rurales (ENAMR) del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) de Ecuador, la participación de la Población Económicamente Activa (PEA) femenina en la rama de la agricultura y ganadería es de aproximadamente el 67%. Esto resalta la participación mayoritaria de mujeres en cadenas productivas de alimentos de pequeña escala. Sin embargo, son las mujeres quienes más sufren de inseguridad alimentaria y malnutrición debido a la falta de recursos y conocimientos para producir variedades de alimentos nutritivos y al escaso poder adquisitivo para comprarlos donde no se producen.
La FAO, a través del Programa Conjunto, apoya a la implementación de huertos comunitarios con el objetivo de promover el acceso físico y económico de alimentos saludables con estabilidad en el tiempo. Cerca de 120 personas de zonas rurales del cantón Chone han recibido capacitaciones sobre el diseño y elaboración de huertos agroecológicos de las cuales el 92% de beneficiarios han sido mujeres. Gracias a la creación de estos espacios es posible satisfacer las necesidades alimentarias y nutritivas de comunidades y también se contribuye a la mejora de la integración familiar.
Fanny Manrique, de la comunidad ‘’Menos Pensado’’ en Chone, comenta que los conocimientos técnicos impartidos por la FAO junto con el apoyo de gobiernos nacionales y locales, le han permitido disponer de alimentos orgánicos para su familia y comunidad. ‘’Estos huertos comunitarios promueven el consumo de alimentos sanos y nos ayuda muchísimo tanto en la mesa de nuestros hogares como en la economía. Esperamos seguir contando con este apoyo’’ menciona Fanny mientras nos muestra su cosecha de hortalizas.
El acceso y uso de herramientas tecnologías: factores clave para el empoderamiento económico
Muchos estudios revelan las múltiples barreras estructurales con las que se encuentran las mujeres al momento de acceder a herramientas tecnológicas.
Con el objetivo de reducir estos obstáculos, el FIDA, como parte del Programa Conjunto, realiza procesos formativos que visibilizan las experiencias en el manejo y uso de tecnologías por parte de las mujeres lideresas de las Organizaciones de la Economía Popular y Solidaria (OEPS), quienes son participantes en el Proyecto de Fortalecimiento de los Actores Rurales de la Economía Popular y Solidaria (FAREPS). Dicho proyecto fue ejecutado por el Instituto Nacional de Economía Popular y Solidaria (IEPS) y respaldado por el FIDA desde el año 2017 hasta el 2022, con el fin de mejorar los ingresos y el empleo de familias rurales de la EPS en condición de pobreza y vulnerabilidad, en su área de intervención. Hasta el momento, 37 personas de distintas organizaciones agrícolas de Ecuador han sido beneficiadas a través de estas capacitaciones.
Rosalía Vega, por ejemplo, es socia de una organización dedicada a la producción de cacao, y participante en el FAREPS. Ella es responsable de recibir el cacao de las demás socias y socios de la organización para el secado, previa a la comercialización. “El FAREPS, respaldado por el FIDA, me ha permitido desarrollar mis capacidades, motivación y liderazgo; así como fortalecer mi rol e incidencia en espacios de gestión e innovación al interior de la organización y de la comunidad’’, menciona Rosalía quien es considerada una lideresa dentro de la asociación y además cuenta con certificaciones de buenas prácticas ambientales. Ella participó en el taller de formación de facilitadores/as sobre la metodología “Cerrando Brecha”, logrando replicar los conocimientos en la organización y fomentando la inclusión de las socias en actividades diversas.
Nuevo sistema de producción sostenible de alimentos es promulgado por mujeres
Las mujeres se esfuerzan para lograr nuevos medios de ingresos económicos para garantizar la salud, alimentación y bienestar de sus hogares. Los nuevos sistemas de producción liderados por el Programa Mundial de Alimentos como parte del JP GTA, hacen posible la diversificación de la producción agro sostenible de alimentos promulgada por mujeres a través del proyecto ‘’arroz pato’’ en Portoviejo, Manabí.
Esta iniciativa nació de las necesidades del sector agrícola de la comunidad ‘’La Elvira’’ y actualmente se implementa en función de los enfoques de género transformadores. Hasta el momento 13 mujeres han sido beneficiadas de los conocimientos y técnicas impartidas que, además de promover la innovación en la agricultura, también abordan temas de participación de mujeres en procesos de toma de decisiones y liderazgo para que se conviertan en agentes de cambio a nivel comunitario, asociativo y del hogar.
‘’Gracias al trabajo articulado del Programa Mundial de Alimentos, he mejorado mis conocimientos; estos espacios me han servido para que me reconozcan como mujer, como lideresa y como agricultora. Ahora, puedo aportar con mi experiencia para dar ejemplo de vida a otras mujeres a que se valoren y sean parte de este cambio social en mi comunidad’ comenta María Calderón miembro de la Asociación de Desarrollo Social Comunitario la Elvira.
María también comparte la importancia del enfoque de género que han recibido debido a que ‘’otro cambio importante y visible es que su esposo ahora colabora en las labores domésticas cuando ella se encarga de las actividades del arroz. Esto la hace sentir más aliviada ya que nota el apoyo de su esposo para que ella lleve a cabo las actividades agrícolas en las que se involucra como lideresa rural.’’
Para el 2023, el Programa Conjunto sobre Enfoques de Género Transformadores para lograr la seguridad alimentaria, la nutrición y la agricultura sostenible (JP GTA, por su sigla en inglés) beneficiará a más de 1000 familias agrícolas gracias a la colaboración y apoyo financiero de la Unión Europea, con una inversión de alrededor de 1 millón de dólares en favor de las mujeres y los hombres rurales de Ecuador.
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Comunicado de prensa
03 abril 2023
10 000 productores rurales ecuatorianos transformarán sus medios de vida gracias a un proyecto de USD 30 millones apoyado por el FIDA
“El proyecto DESATAR es una expresión concreta del Gobierno del Ecuador y del FIDA en su lucha prioritaria contra la pobreza rural, rumbo al Hambre Cero. El proyecto abordará aquellas debilidades críticas de los pequeños productores que les impiden aumentar la productividad, mejorar la comercialización de sus productos o fomentar sus alianzas, para poder obtener todo el rendimiento posible del potencial que albergan estos territorios”, señaló Anni Mandelin, Directora de País del FIDA para Ecuador.
A través de un enfoque de agricultura familiar campesina, la iniciativa pone especial énfasis en las mujeres y los jóvenes; tanto para ampliar las capacidades de liderazgo de las mujeres rurales, como para mejorar la empleabilidad de los jóvenes rurales. Muchos de estas mujeres y jóvenes pertenecen a pueblos indígenas marginalizados, como los precolombinos Huancavilas. El apoyo a estas comunidades es otro eje esencial de trabajo en DESATAR.
Este nuevo proyecto contribuirá a reducir la brecha de desigualdad territorial entre las ciudades y el campo gracias a la mejora de las organizaciones agrarias: reducción de costos unitarios de producción, incremento de rendimientos, adopción de tecnologías, y diversificación de la producción. Otro elemento clave es que los productores puedan incrementar su poder en negociaciones comerciales para impulsar sus ventas.
DESATAR impulsará también la sostenibilidad ambiental y la resiliencia climática de las actividades productivas, especialmente en las cadenas de valor del arroz, maíz amarillo y el cacao. Estos cultivos proporcionan medios de subsistencia a la mayoría de los pequeños productores agrarios en situación de pobreza en los territorios del proyecto, y, son de vital importancia para la seguridad alimentaria del Ecuador.
El proyecto comprende una inversión conjunta total de USD 30,5 millones: el FIDA financia 22,8 millones; el Gobierno ecuatoriano invierte 4,2 millones; y las organizaciones agrarias que participarán en el proyecto aportan 3,4 millones. La ejecución de esta iniciativa correrá a cargo del MAG.
Entre los pequeños productores que participan, 4 000 serán mujeres, 2 000 jóvenes rurales, 500 comuneros Huancavilcas asentados en la zona de Guayas, y 3 500 mujeres y hombres de distintos pueblos y nacionalidades indígenas del Ecuador. Los participantes serán seleccionados en base a su nivel de ingresos, la degradación ambiental y vulnerabilidad climática de su entorno, así como el potencial productivo.
Desde hace cuatro décadas, el FIDA ejecuta iniciativas e inversiones en el Ecuador que favorecen la diversificación de la economía rural, promueven a las organizaciones rurales y generan empleo e ingresos para las familias rurales en situación de pobreza. Durante ese tiempo, el FIDA ha implementado una cartera de 10 proyectos en el país por un valor total de 303 millones de dólares, de los cuales 140 millones han sido financiados por el FIDA con el fin de combatir la pobreza y fomentar el desarrollo rural, habiendo beneficiado con ello a más de 280 000 hogares.
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