Mensaje del Secretario General con motivo del Día Mundial de la Asistencia Humanitaria
19 agosto 2020
El personal humanitario son los héroes anónimos de la respuesta a la pandemia, y con demasiada frecuencia arriesgan sus vidas para salvar la de otros.
En el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria rendimos homenaje a la labor de los trabajadores humanitarios que salvan y mejoran las vidas de millones de personas, superando para ello enormes obstáculos.
Estos héroes de carne y hueso están haciendo cosas extraordinarias en tiempos extraordinarios para llevar ayuda a mujeres, hombres y niños cuyas vidas se ven alteradas por distintas crisis.
Este año, las exigencias depositadas en los trabajadores humanitarios son mayores que nunca.
Están respondiendo a la crisis mundial provocada por el COVID-19 y al ingente aumento de las necesidades humanitarias que ha generado la pandemia.
La pérdida de empleo, educación, alimentos, agua y seguridad está llevando a millones de personas al borde del abismo.
Las restricciones a la circulación de personas para frenar la propagación del virus han hecho que las comunidades, la sociedad civil y las organizaciones locales, como tantas otras veces, hayan sido las primeras en responder.
Este año, nuestro aplauso es para ellos: para esas personas que a menudo se encuentran ellas mismas en situación de necesidad, como los refugiados que ayudan a las comunidades de acogida, los trabajadores sanitarios locales que cuidan de los enfermos y vacunan a los niños y el personal humanitario que salva cuantos escollos encuentra en su camino para llevar alimentos, agua y medicinas a zonas de conflicto.
Son los héroes anónimos de la respuesta a la pandemia, y con demasiada frecuencia arriesgan sus vidas para salvar la de otros.
Únanse a mí hoy para expresar de nuevo nuestro aprecio y apoyo a los valientes trabajadores humanitarios, los trabajadores de la salud y los equipos de respuesta inicial que dan ejemplo de solidaridad y humanidad en este momento de necesidad sin precedentes.