El Cuaderno de la Coordinadora Residente: los gobiernos locales y la Agenda 2030
Desde el mirador La Estelita, a unos 6 Km. de la capital provincial, Ibarra, es fácil entender cómo Imbabura obtuvo su apodo de “la Provincia de los Lagos".
A 2,700 metros de altitud, se tiene una vista impresionante del Lago Yahuarcocha, rodeado de varias montañas y picos de volcanes. Pero la belleza del paisaje contrasta el trágico pasado. Yahuarcocha significa “Lago de Sangre” en idioma kichwa, recibiendo su nombre de la gran masacre indígena (aproximadamente en 1487) cuando, según se relata, los cuerpos de decenas de miles de indígenas asesinados por el poder Inca fueron arrojados al fondo de la laguna, pintando sus colores de rojo.
Pero hoy, en esta tarde soleada mientras visito Imbabura, esta laguna creada por el derretimiento de los glaciares brilla de color verde, mientras las colinas se reflejan en su superficie. Aquí convergen complejos volcánicos como Imbabura, Mojanda, Cotacachi – Cuicocha y Chachimbiro, con lagos o lagunas prácticamente en todos los cantones; cascadas, nacimientos de agua, diferentes zonas climáticas y atractivos geomorfológicos.
Me acompañan mis colegas del Equipo de País de la ONU, en nuestro retiro de planificación anual, que reúne a representantes de las 24 agencias, fondos y programas que operan en Ecuador. Hoy estamos visitando proyectos en la provincia, para comprender mejor cómo las Naciones Unidas en Ecuador están trabajando con las autoridades locales para promover el desarrollo sostenible.
Reunirse en Imbabura es pertinente. La provincia, al ser un punto medio entre la Costa, el Oriente, la capital nacional, Quito, y la frontera con Colombia, ha servido desde la antigüedad como zona de encuentro entre culturas, artesanías, comerciantes y eventos con connotaciones religiosas. La provincia también es conocida por sus contrastes poblacionales: de los 470.000 habitantes, el 65,7% son mestizos, el 25,8% son indígenas (incluidos caranquis, cayambis, otavalos, zuletas, natabuelas...), el 5,4% son afroecuatorianos y el 3,1% son blancos o de otros grupos.
Un Geoparque Mundial de la UNESCO
Estas características únicas de Imbabura han sido reconocidas en todo el mundo ya que, en abril de 2019, toda la provincia fue designada Geoparque Mundial por la UNESCO, el primer parque de este tipo en Ecuador. Esto representa un reconocimiento a su relevancia geológica internacional, así como un reconocimiento a la diversidad cultural y los innumerables atractivos naturales que existen a lo largo del territorio.
Los Geoparques Mundiales de la UNESCO se gestionan bajo un concepto holístico de conservación y ayudan a recuperar la conexión entre las personas y el patrimonio geológico como herramienta para el desarrollo sostenible. Esto incluye crear conciencia y comprensión sobre los desafíos globales, como el uso sostenible de los recursos naturales, la mitigación de los efectos del cambio climático y la reducción de los riesgos relacionados con los desastres naturales. Se establecen a través de un proceso ascendente que involucra a las autoridades y partes interesadas locales y regionales, quienes juntos desarrollan una estrategia integral para satisfacer las necesidades de las comunidades locales y al mismo tiempo mostrar y proteger el patrimonio geológico del área.
En nuestra visita a La Estelita -uno de los geositios dentro del Geoparque- nos acompañan autoridades provinciales que explican la importancia de la designación. Nos cuentan cómo ser un Geoparque Mundial de la UNESCO les ha ayudado a apoyar el desarrollo sostenible a través de la conservación, la educación y el turismo basado en la naturaleza. Las acciones incluyen la conservación integral del patrimonio geológico, natural, arqueológico y cultural, la promoción del turismo responsable, la formación de habilidades y la creación de empleo para las comunidades locales, así como la integración de la igualdad de género, la lucha contra el cambio climático y la revitalización cultural en los planes de desarrollo local.
Una gran ayuda para Imbabura ha sido la capacidad de trabajar en redes regionales y globales con los otros 194 geoparques mundiales de la UNESCO en 48 países, para aprender buenas prácticas sobre cómo promover el desarrollo sostenible y la conservación geológica en su territorio. El Geoparque Imbabura cuenta con la tarjeta verde que lo acredita como Geoparque Mundial de la UNESCO hasta el 31 de diciembre de 2026 y la revalidación está supeditada al compromiso de las autoridades locales y sus socios (grupos comunitarios, proveedores turísticos, pueblos indígenas, universidades locales) para continuar implementando acciones que apoyen al Geoparque.
El papel de los gobiernos locales en la promoción de la Agenda 2030
Al acercarse el año 2030, se reconoce cada vez más que la acción local es clave para garantizar la implementación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Si bien los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) son globales, se estima que casi el 65 por ciento de las metas de los ODS no pueden alcanzarse sin la participación de los gobiernos locales y regionales. En la mayoría de los países, estas instituciones son responsables de coordinar y brindar servicios básicos, fundamentales para garantizar el bienestar y el desarrollo de las comunidades locales.
Dentro de la ONU, hablamos de la “localización de los ODS” como el proceso de tomar en cuenta los contextos subnacionales en el logro de la Agenda 2030, desde el establecimiento de objetivos y metas, hasta la determinación de los medios de implementación y el uso de indicadores para medir y monitorear el progreso. Existen varias iniciativas y programas de este tipo en marcha en el Ecuador.
Por ejemplo, ONU Hábitat está implementando Ciudades ODS en varias ciudades de Ecuador. Se trata de una iniciativa global que anima a las ciudades a aprovechar su propio potencial y acelerar la consecución de los ODS. ONU Hábitat trabaja con las autoridades municipales para fortalecer las capacidades institucionales, garantizar una gobernanza y planificación inclusivas, finanzas municipales y prestación de servicios.
De igual forma, el PNUD ha apoyado a los gobiernos autónomos descentralizados (GAD) en la elaboración de Planes de Desarrollo y Ordenamiento Territorial, asegurando una planificación acorde a los ODS y la implementación de la Agenda 2030. A nivel nacional, se ha trabajado con el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) para desarrollar la metodología del Plan Estadístico Territorial, que tiene como objetivo identificar brechas de datos para el seguimiento de los ODS a nivel local y fortalecer las capacidades locales para medir los logros. Esto permitirá a las autoridades locales presentar informes voluntarios sobre el progreso hacia los ODS, las llamadas Revisiones Locales Voluntarias (VLR). Si bien los VLR no tienen estatus oficial, el proceso de realización de estas revisiones subnacionales ayuda a estimular el compromiso con la Agenda 2030 y promueve la implementación de los ODS en general. Los VLR también pueden ayudar a reforzar la coherencia vertical y complementar y contribuir a las revisiones nacionales voluntarias de la implementación de los ODS. Hasta el momento en Ecuador, con el apoyo de agencias de la ONU, la ciudad de Cuenca y la provincia de Manabí han presentado VLRs y a nivel nacional Ecuador presentará su tercer Examen Nacional Voluntario en el Foro Político de Alto Nivel en Nueva York en julio de 2024.
Apoyando el desarrollo en Imbabura
En el caso de Imbabura, existe un fuerte compromiso de contribuir al desarrollo nacional desde el nivel local. Conversando con el Prefecto de Imbabura, Richard Calderón, destacó la importancia de mantener la declaratoria del Geoparque como primera responsabilidad de su administración. Señaló que existe una fuerte voluntad de cooperar con todos los niveles de gobierno y con la cooperación internacional en pos del desarrollo sostenible e identificó las zonas rurales de la provincia como las zonas donde se concentran los mayores problemas sociales, especialmente en las comunidades indígenas. “Es necesario mejorar la productividad y el valor agregado en la agricultura, así como brindar apoyo a las asociaciones de mujeres y a los jóvenes rurales. Es importante trabajar con autoridades locales como alcaldes y prefectos para que puedan dar una visión desde el nivel local, identificando tanto problemas como oportunidades”.
Durante nuestra visita a Imbabura vemos varios ejemplos de cómo la ONU está apoyando a las autoridades locales en su trabajo sobre el desarrollo sostenible, en línea con las prioridades declaradas por el Prefecto. En el sector La Esperanza, al sur de Ibarra, visitamos el huerto de la productora Rosa Tabango, participante del Programa Conjunto sobre Enfoques Transformadores de Género para la Inocuidad de los Alimentos y la Nutrición, implementado por el Programa Mundial de Alimentos (WFP), la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA).
El proyecto se centra en fortalecer las capacidades productivas de las mujeres rurales y el acceso a servicios y mercados, contribuyendo así a reducir las barreras y las brechas de género en la agricultura familiar campesina. Con el apoyo financiero de la Unión Europea, las agencias de la ONU han estado trabajando con la Prefectura de Imbabura, el GAD de Tosagua y asociaciones de productores para crear conciencia sobre normas sociales dañinas y promover estrategias transformadoras para combatir la desigualdad de género a través de la comunicación para el cambio social y de comportamientos. Esto es importante en Ecuador, ya que la desigualdad de género es más profunda en las zonas rurales. Una de cada tres mujeres que trabajan en la agricultura no tiene ingresos propios y sólo el 25% de las mujeres rurales son propietarias de la tierra que cultivan. El proyecto tiene como objetivo promover la implementación de la Estrategia Agropecuaria para las Mujeres Rurales, que fue elaborada por el Ministerio de Agricultura y Ganadería, con el apoyo de las agencias de las Naciones Unidas.
Rosa y las otras mujeres con las que nos reunimos confirman que el proyecto las ha hecho más conscientes de las desigualdades que enfrentan en sus comunidades rurales y que ha ayudado a fortalecer sus roles y poder de toma de decisiones dentro de la asociación de agricultores. También han recibido apoyo para ampliar, diversificar y comercializar su producción, aumentando así sus ingresos y mejorando la vida de sus familias.
Promoción de la integración y la cohesión social
También visitamos proyectos que muestran el compromiso de las autoridades locales para apoyar a los recién llegados a sus comunidades. Un ejemplo de ello es el trabajo realizado en el Comedor Municipal de Ibarra, gestionado por el GAD de la ciudad, con el apoyo de ACNUR y WFP. Aquí los refugiados y migrantes recién llegados o que se encuentran en tránsito, así como los ecuatorianos en condiciones de vulnerabilidad y riesgo, reciben una comida caliente y nutritiva. También pueden recibir ayuda para acceder a protección y servicios básicos proporcionados por otros actores nacionales como la Defensoría del Pueblo, o apoyo sobre cómo solicitar el proceso de regularización iniciado por el Gobierno en 2022. Se presta especial atención a los grupos vulnerables, un espacio recreativo de atención especializada se mantiene para niñas, niños y adolescentes, y ACNUR ha capacitado al personal municipal sobre cómo detectar y gestionar casos sospechosos de explotación y abuso sexual.
Personal del Municipio de Ibarra nos comenta que el Comedor también ayuda a fortalecer la cohesión social en las comunidades. Por ejemplo, a través del socio FUDELA, el programa Campeón Comunitario trabaja con el arte, el deporte y la música como una forma de integrar positivamente a niños, niñas y jóvenes, sean locales o en movilidad humana, para que puedan ser futuros líderes en sus comunidades.
La hospitalidad de Imbabura ha hecho que muchas personas en movilidad humana hayan decidido quedarse en la provincia. Esto es bien recibido por las autoridades ya que el gran flujo de inmigración ayudó a contrarrestar la baja tasa de natalidad de la provincia (1,8%).
Por la tarde visitamos una actividad en el marco del proyecto conjunto de la ONU financiado por el Fondo Fiduciario Multisocio para Migración, destinado a promover la inclusión económica de la población en movilidad humana y comunidades de acogida, con especial énfasis en mujeres y jóvenes.
En el marco del proyecto, la OIM, el PNUD y ONU Mujeres realizaron un estudio para identificar oportunidades en el mercado laboral y brechas en la contratación de personas en movilidad humana, y trabajaron con el sector privado y los gobiernos locales para aumentar el acceso al empleo formal y a oportunidades de trabajo decente. También han asesorado sobre trámites de visas y requisitos de regularización migratoria como instrumento para promover la inclusión social y económica, y reducir la vulnerabilidad.
Los emprendedores han recibido capacitación sobre cómo crear planes de negocios, educación financiera, digitalización y marketing, y algunos incluso recibieron capital semilla para llevar su negocio a otro nivel. Las consideraciones de género también han estado en el centro de este proyecto y las capacitaciones han incluido componentes sobre la prevención de la violencia en el lugar de trabajo, los derechos laborales y el empoderamiento de las mujeres. Al reconocer que la falta de servicios de cuidado infantil impedía que las madres participaran efectivamente en el mercado laboral, las agencias de la ONU también ayudaron a fortalecer dos servicios comunitarios y locales de cuidado infantil para apoyar la participación de madres y padres en actividades económicas y ofrecer oportunidades de empleo a la población. Se trata de una contribución importante a lo que se conoce como economía del cuidado, que cada vez se reconoce más como fundamental para cerrar la brecha de género, al valorar adecuadamente las contribuciones sociales y económicas de los cuidadores, e integrar la atención en la formulación de políticas macroeconómicas.
Al recorrer la feria instalada en el patio, quedo impresionada por la variedad de productos y la creatividad de los participantes en el proyecto. Desde plantas y macetas hasta extensiones de cabello y chimeneas se exhiben con orgullo en los stands, un gran aporte a la diversidad étnica, cultural y productiva de Imbabura. Darling Lema, una migrante de Venezuela, quien hace parte de la Cámara de Artesanos de San Lorenzo y tiene su actividad económica en Ibarra, habla de cómo el apoyo del proyecto de la ONU ha cambiado las reglas del juego para hacer crecer su negocio, pero también cómo ha promovido su integración social y cultural. El riesgo de sufrir discriminación y racismo se ha reducido, ya que en el marco del proyecto agencias de la ONU han trabajado con gobiernos locales, el sector privado y organizaciones de la sociedad civil, para generar y difundir materiales para reducir la xenofobia a través de redes sociales, piezas audiovisuales, cuñas de radio y televisión.
Consejo Asesor de Gobiernos Locales y Regionales del Secretario General de la ONU
Mientras concluimos nuestra apretada agenda de visitas de campo y regresamos a la hacienda donde el equipo de la ONU pasará la noche, reflexiono sobre cuán crítico es el trabajo de las autoridades locales para promover acuerdos y estándares internacionales, abarcando desarrollo sostenible e igualdad de género, inclusión social, acción climática, la nueva agenda urbana y derechos humanos. El Secretario General de la ONU, António Guterres, subrayó el compromiso de la ONU de trabajar con estos actores cuando en 2023 lanzó su Grupo Asesor sobre Gobiernos Locales y Regionales. El Grupo Asesor servirá como mecanismo para captar contribuciones de partes interesadas subnacionales y mejorar la coordinación y colaboración entre ciudades, regiones, naciones y procesos internacionales, para apoyar el cumplimiento de los ODS con impacto, escala y velocidad. Se espera que el Grupo produzca un conjunto de recomendaciones con orientación estratégica en el período previo a la importante Cumbre del Futuro, que la ONU convocará en septiembre de 2024.
Ecuador se enorgullece de contar con su propia representante en el Consejo Asesor, Paola Pabón, Prefecta de Pichincha y Presidenta del CONGOPE, el Consorcio de Gobiernos Autónomos Provinciales del Ecuador. Con el apoyo del Sistema de las Naciones Unidas en Ecuador, liderará un proceso participativo de múltiples partes interesadas para recopilar aportes antes de la Cumbre del Futuro.
Para Ecuador esto representa una gran oportunidad para promover el ya fuerte compromiso de las autoridades a nivel provincial, municipal y parroquial para promover el desarrollo sostenible y mejorar la vida de sus comunidades. Como ONU en Ecuador, estamos orgullosos de continuar apoyando su importante trabajo y garantizar que los gobiernos locales y regionales sigan siendo el centro de la Agenda 2030.