75 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos
10 diciembre 2023
Artículo de opinión de Lena Savelli, Coordinadora Residente de las Naciones Unidas en Ecuador, y Jan Jarab, Representante para América del Sur del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH).
El 10 de diciembre de 2023 la Declaración Universal de los Derechos Humanos cumplió 75 años, un hito que Ecuador celebra con un reconocimiento significativo de los avances del país en la protección de los derechos humanos y la naturaleza.
Sin embargo, somos conscientes de los desafíos que enfrenta la nación en medio de un clima de inseguridad y violencia, factores que impactan directamente en los derechos humanos de su población. Es imperativo que Ecuador aborde estos desafíos con absoluta responsabilidad, en línea con el corpus juris del derecho internacional de los derechos humanos, demostrando un compromiso inquebrantable con la salvaguarda de los principios que han sido la base de la Declaración durante estas siete décadas y media.
Adoptada en 1948, la Declaración Universal de los Derechos Humanos sigue siendo una fuente inagotable de inspiración. Este documento fusiona los derechos civiles y políticos con los económicos, sociales y culturales, que durante décadas estuvieron divididos y hasta contrastados de manera indebida debido al contexto de la Guerra Fría. No fue sino hasta 1993 que la comunidad internacional los reconoció como derechos indivisibles e interdependientes.
A pesar de que en muchas partes del mundo aún enfrentamos violaciones graves de los derechos humanos, la perspectiva puede parecer desalentadora, incluso deprimente. No obstante, al observar la evolución global de los derechos humanos desde 1948, es imperativo reconocer los avances significativos. Lo que comenzó como una simple Declaración se transformó con el tiempo en una sólida arquitectura compuesta por nueve tratados internacionales vinculantes en materia de derechos humanos, destacando que Ecuador es parte de todos ellos. Estos instrumentos específicos ofrecen protección para diversos grupos, como mujeres, personas sobrevivientes de tortura y malos tratos, desapariciones forzadas, discriminación racial, niños, niñas, trabajadores migratorios y personas con discapacidad.
Los derechos humanos no son simplemente un catálogo estático de obligaciones; son una construcción dinámica que refleja los cambios en nuestras sociedades, especialmente la creciente sensibilidad hacia los derechos de los demás. Esto incluye a grupos que se mencionan escasamente en la Declaración, como personas con discapacidad, o que ni siquiera figuran en ella, como los Pueblos Indígenas o las personas LGBTIQ. La narrativa de los derechos humanos no tiene fin; debe adaptarse y abordar nuevos y emergentes desafíos, como los presentados por las nuevas tecnologías (de información o en el ámbito biomédico) y actores clave, como empresas y el sector privado.
Ecuador ha protagonizado un destacado avance en el reconocimiento y salvaguarda de los derechos humanos a través de su actual Constitución. Adoptada en 2008, esta Constitución latinoamericana no solo abraza de manera exhaustiva el repertorio de derechos consagrados en la Declaración Universal, sino que también marca un hito histórico al ser la primera en reconocer los derechos de la naturaleza. Este reconocimiento pionero no solo evidencia un compromiso sin precedentes con la preservación del medio ambiente, sino que resalta la aguda consciencia del país sobre la indiscutible conexión entre los derechos humanos y la vitalidad de su ecosistema. Además, la Constitución ecuatoriana proclama de manera explícita el reconocimiento del pluralismo jurídico, declarando la existencia de un Estado plurinacional e intercultural.
Estos reconocimientos adquieren aún más relevancia en un momento en el que enfrentamos un incremento alarmante de ataques contra la naturaleza y su consiguiente deterioro, subrayando la imperativa necesidad de reconocer y proteger los derechos colectivos en este actual contexto.
Es crucial que Ecuador continúe con esta política de derechos humanos como política de Estado. Como señaló Eleanor Roosevelt, lideresa del grupo de redactores de la DUDH, este esfuerzo debe persistir hasta que los derechos humanos se conviertan en la realidad cotidiana incluso en los lugares más pequeños y remotos. En el 75 aniversario de la DUDH, Ecuador celebra sus logros, pero reconoce que la narrativa de los derechos humanos es inacabada y debe seguir siendo escrita con determinación y compromiso.